Dra. Miriam Salas: «Que lleves un atleta adaptado no te convierte en un experto en todo, habrá que analizar cada caso»
La inmensa mayoría del contenido sobre actividad física realizada por personas con discapacidad tiene un tono solidario, con una mezcla de admiración y lástima a partes iguales. La realidad de los profesionales que se forman para dar una respuesta adecuada a este problema es bien distinta, como el caso de la Doctora Miriam Salas Monedero (Las Pedroñeras, Cuenca, 1991), Máster en Investigación de Ciencias del Deporte especializada en actividad física adaptada, quien dice con total naturalidad «yo no hago una labor social, entrenar a gente con discapacidad es mi trabajo. No se trata de lo bonito es, hay que enfrentarse a ello profesionalmente» . En ABC Bienestar hemos tenido la oportunidad de charlar largo y tendido con ella. Esperamos que todo su conocimiento valga para concienciar, tanto a entrenadores como a propietarios de instalaciones deportivas, de los retos a los que se enfrentan y cómo evitar el meterse en jardines de los que luego es muy complicado salir airosos. Miriam, ¿podrías resumir cómo ha sido tu camino profesional, qué te ha llevado a elegir esta especialización? Mi tesis doctoral ha sido un trabajo de mis seis últimos años, pero que son el resultado de las personas que han pasado por su vida. Cuando yo tenía ocho años mi padre sufrió un accidente laboral que requirió neurorehabilitación, además soy nieta de una persona con amputación transhumeral del brazo derecho. De alguna manera esto me ha hecho que normalizara este tipo de circunstancias. Al llegar a la carrera pude comprobar que había muchas cosas de las que ya sabía, simplemente llevaba años viviéndolas. Pronto me interesaron las ciencias del deporte porque, al margen de aprender un patrón de movimiento en un proceso de rehabilitación, me faltaba algo más, me faltaba un enfoque que apuntara al rendimiento y no solo a la recuperación. En mi casa nunca me habían explicado que había una rama paraolímpica, descubrirlo de golpe fue como abrir la puerta a un nuevo mundo del que tenía que formarme y saber mucho más. Ahí empezó todo. ¿Simplificamos mucho cuando hablamos de deporte y discapacidad? Es un territorio muy extenso. He necesitado años para ir profundizando en las diferentes clases deportivas, cómo poder estandarizarlas, qué decía la investigación al respecto, dónde poder encajar cada discapacidad, qué clase tengo, qué deportes puedo o no puedo hacer porque claro, los criterios que te permiten participar en una prueba para discapacitados son muy concretos y esto también supone en ocasiones que el deporte paralímpico sea un poco cruel. Si hablamos de rendimiento deportivo ¿cuál fue tu primer contacto con la discapacidad en ese contexto? Fue el rugby en silla de ruedas que me enamoró tantísimo porque es el deporte que coge a las personas con lesión medular cervical y las saca su máximo potencial, da igual si es hombre o mujer, todos iguales y con tetraplejia pura. Algo increíble para ese deporte y esa clasificación. Creamos el primer equipo de rugby en silla de ruedas de Castilla la Mancha, lo cual fue un esfuerzo titánico. Ahora estás muy ligada al CrossFit ¿por qué? Bueno, yo jugaba al rugby y me lesioné el hombro, empecé a hacer entrenamiento de fuerza, pero se me hacía muy monótono, hasta que descubrí el CrossFit. En mi entorno había gente que lo practicaba y me animaban para que empezara, pero yo pensaba que cómo iba a ponerme a hacer CrossFit con mi hombro lesionado, pero lo hice e incluso ahora estoy compitiendo e intentado mejorar. Eso a nivel personal, pero a nivel profesional descubrí que algunos atletas paralímpicos lo utilizan como parte de su preparación física y fue cuando me di cuenta de qué manera el CrossFit involucraba realmente a todo el mundo. Tenía que explotarlo al máximo en mi área por la gran cantidad de categorías 'adaptadas' que tiene. Entre ellas la categoría 'seated' (silla de ruedas) es mi favorita, pero la categoría 'neuro' es sencillamente increíble; y es por la que estoy peleando muchísimo y por la que me encantaría que hubiese más divisiones para que pudiera llegar a más gente. ¿La categoría 'adaptive' es la que refleja mejor ese espíritu de que el CrossFit es para todos? Lo que está pasando ahora mismo en CrossFit es que nos estamos acostumbrando a definir mal las cosas. En CrossFit tu adecúas el movimiento o el peso cuando no tienes la condición física para poder hacerlo, porque todavía no has adquirido el patrón de movimiento o la fuerza necesaria para ser RX, pero no estoy adaptando nada, adaptar es adaptar el movimiento para sacar el mayor rendimiento posible, adaptar es cuando tú tienes que, por ejemplo, ejecutar una arrancada desde una posición sentada, eso es una adaptación, adapto el movimiento y luego lo adecúo a su condición física y en función a eso será un atleta escalado, intermedio o RX, pero estamos cometiendo un error en la nomenclatura y por eso no se sabe muchas veces cómo abordarlo y ahí es donde estoy peleando yo. ¿Están los profesionales del deporte preparados para enfrentarse al reto de atender a una persona con discapacidad que quiere hacer ejercicio? No. Si te tuviera que poner una nota del cero al diez te diría que un tres o un dos. Puedo saber mucho sobre fisiología, o sobre biomecánica, pero de 'neuro' saber cero. Quien se mete en la 'neuro' lo hace de manera inadecuada porque lo enfocan como herramienta para la adquisición del patrón de movimiento, pero es que esa no es tu función como entrenador, tu misión está en sacar el rendimiento al patrón que tiene; y si no conoces el tipo de discapacidad y cómo le afecta a nivel mecánico y fisiológico, y no entiendes a nivel neurológico qué está ocurriendo, nunca vas a poder sacar ese rendimiento y nunca vas a cumplir con tu labor. Debemos aprender más sobre el sistema nervioso y cómo afecta al movimiento y así comprenderíamos como se mueve una persona con ciertas características. Y esto no hace falta que sea para una persona con discapacidad, nos vale para todo el mundo, por eso muchas veces en lugar personalizar un entrenamiento, nos enfocamos en crear rutinas generalizadas que provocan frustración ya que eso le puede servir a una de cada cien personas, o una de cada mil, porque realmente cada uno nos movemos por todas nuestras experiencias previas y todo lo que ha pasado por nuestra vida y eso afecta a todo, también a nuestra cabeza, por ello sería muy recomendable incluir a los psicólogos dentro de nuestra rama, no les hacemos caso y si no entendemos cómo es el proceso de toma de decisiones de una persona y cómo le está afectando al movimiento, jamás sabremos sacarle rendimiento. ¿Entendemos de manera equivocada, a nivel general, eso de la educación física? Empezando desde lo más básico, efectivamente, no se le da la importancia que tiene. Yo esto lo comento en la universidad, donde también trabajo como docente, por ejemplo el test de Cooper se convierte en el instituto en una prueba en la que con una marca tienes sobresaliente y ya está, pero realmente es un modelo de estimación para tu volumen de oxígeno máximo y no se explica qué significa eso, cómo va a influir en tu vida diaria, en tareas normales y corrientes. En qué punto de la educación hemos llegado a definir que una marca concreta en esa prueba lo que significa es que te lleves un diez y ya está. No nos estamos llevando a los niños pequeños a que hagan fuerza, seguimos con lo de que si no van a crecer. Aquí en España hay un montón de investigadores que nos están advirtiendo de este problema, nos lo están diciendo y no les estamos haciendo caso. ¿Y la responsabilidad de los profesionales? Eso es otra, hay gente que ama el deporte, lo practica y llega un momento que lo enseña desde su pasión por ello, pero siempre habrá gente que lo entienda como una forma de ganar dinero y aquí tenemos un problema. El ejercicio físico al fin y al cabo es un estrés añadido a todo lo que tenemos en el día a día y esto es algo que muchos entrenadores no entienden. Cuando alguien va a entrenar contigo tienes una responsabilidad muy grande, porque no sabes si llega después de haber tenido un día horroroso, o esté pasando una etapa mala, o le esté ocurriendo algo, y si no adecuamos el entrenamiento a esas circunstancias igual no le va a venir bien, de hecho hay personas que se van peor de lo que han venido porque pasan por un proceso de frustración que les lleva a que no quieran volver a entrenar. Esto pasa exactamente igual con la discapacidad, partimos de la base de que hay un problema y como no sabemos cuál es el problema y le vemos, por ejemplo, en silla de ruedas pensamos 'bueno, pues que se mueva un poco' y no, porque eso de 'moverse un poco' igual es una frustración para esa persona, no sabemos si ha ido a terapia, si ha ido a un tratamiento, ni si está con fisio, con psicólogo… No aplicamos nada, no escuchamos a los demás, así que llega el cliente y por el hecho de que le movamos un poco ya nos damos por satisfechos y no vale, no vale todo, porque no sabes si está necesitando una adaptación del movimiento o si necesita adecuarlo y ahí ya tenemos un problema, porque no sabemos si su limitación es parte de cinética o si es parte de cinemática, o cómo puedo sacar rendimiento a esa persona. No falta quien cree que puede con todo Por supuesto, pero esto no es así, es muy probable que necesites ayuda con el caso concreto que se te presente como entrenador. Por ejemplo, veníamos de considerar que las embarazadas no deben hacer ejercicio físico y que eran seres frágiles, pues ahora como acabamos de ver a Tia-Clair Toomey entrenado duro embarazada pasamos al extremo opuesto y ahora algunos creen que todo vale, y esto no es así. A mí se me ha juntado que tengo una atleta adaptada que ahora está embarazada, pues tengo que contar con mi compañera especialista en embarazo para ver cómo organizamos los entrenamientos juntando ambos conocimientos. Que lleves un atleta adaptado no te convierte en un experto en todo, habrá que analizar cada caso. Nada tiene que ver una persona con una amputación traumática que otra a la que le falta una extremidad de nacimiento. La estamos liando muchísimo por no contar con compañeros que están formados para ello, yo no sé ahora mismo de cáncer, ni estoy formada en embarazo, si tengo a este tipo de situaciones pues tendré que consultar a compañeros que me van a dar la orientación con esto, saber tus limitaciones y tus fortalezas. Esto ocurre mucho con los atletas seated (en silla de ruedas), parece que este tipo de personas como entrenador te van a dar mucha visibilidad y es posible que no lo estés haciendo bien, o que seas muy atrevido. Hay entrenadores que me dicen que están en constante aprendizaje porque les enseñan sus alumnos día a día, te puedo asegurar que a mí en la vida me va a decir un atleta en silla de ruedas lo que tiene que hacer, yo puedo aprender de su tipo de diagnóstico y aprender como profesional al aplicar ese diagnóstico en toda mi programación, y conforme avancemos vamos afinando como directores de orquesta, pero no va a ser el atleta el que venga y me diga lo que tengo que hacer porque para eso estoy formada. Eso es como decir que llega alguien a hacer CrossFit y esa persona decida qué movimientos va a hacer, qué repeticiones y qué peso… perdona, pero no. Y la persona con discapacidad ¿puede caer en la autocomplacencia o el victimismo? Yo tuve una discusión al respecto porque estamos acostumbrados a que hagan lo mínimo y aplaudirles como si es heroico y eso no está bien. Yo con mi lesión de hombro podría considerarme un atleta adaptado y mis compis no me compadecen, me chinchan porque no levanto más kilos. Es un poco frustrante todo esto, en las redes se nos muestra a unas personas que están alcanzando unos rendimientos excepcionales por su preparación, por su genética, por lo que sea; y eso desanima a muchas otras a ir al gimnasio. Nos hace falta comprender que cada uno ya estamos haciendo mucho apareciendo por la puerta y hay una falta de responsabilidad por parte de los entrenadores por no saber comunicar ese tipo de mensajes. La gente se frustra muchas veces por nuestro ego como entrenadores, porque nos encanta que nos llegue alguien y que acabe en su máximo rendimiento, y sea épico y que podamos decir que ha sido porque ha entrenado con nosotros, pero esto aísla la base, nos encanta decir que somos el entrenador de un élite, pero tenemos que estar orgullosos de llevar a 'Juan', que viene a clase porque no puede elevar los brazos por encima de la cabeza y, a base de trabajar su movilidad, lo consigamos y eso puede no parecer muy espectacular, porque nos gusta entrenar a los tops pero cuando nos llega una persona con problemas básicos, como profesionales, nos falta conocimiento para ir a la base y ayudarle en su caso particular. Siempre pensamos en las personas, pero menos en las instalaciones, ¿qué debe tener en cuenta aquella persona que tenga un gimnasio y quiera decir que su centro está listo para personas con discapacidad? En cuanto a logística tengo que tener claro que si la persona no tiene el espacio mínimo para pasar con su silla con un poco de margen no puedo decir que mi gimnasio es apto para todo el mundo, porque no es cierto y esto es un problemón. Si tengo máquinas guiadas tienen que permitir el que pueda meter las sillas de ruedas desmontando la pieza que habilite ese espacio para que entre la persona con su silla. Tengo que saber cómo están las máquinas para trabajar de manera unilateral, simultanea o alternativa, y si no es así no digas que tu gimnasio es inclusivo porque te estás metiendo en un jardín muy peligroso y vas a acabar teniendo un problema si acude alguien con discapacidad y le dices algo que no estás cumpliendo. Si tengo un suelo con colchonetas las ruedas no pasan, pero también según qué prótesis tampoco porque no pueden estar todo el rato oscilando y es otro problema. En el caso de personas con problemas sensoriales, si yo tengo un hilo auditivo para comunicarme con alguien y no me está escuchando pues mal, la iluminación que tengo o los colores de las paredes pueden ser un serio problema para gente con discapacidad visual. La música que estoy poniendo afecta, porque hay música a determinados bits que puede estar generando un problema real para poder entrenar, igual que la temperatura de las instalaciones, a personas con problemas de termorregulación o los pacientes de esclerosis entrenar con calor o frío excesivo les revienta, se van a sentir fatal y es una de las cosas más importantes la temperatura. Si no cumples con estos criterios mínimos es mejor que digas que no a que digas que sí. Solo nos queda desear a la Dra. Salas que continúe con su labor y que muchos otros profesionales se sumen a esta tarea para, entre todos, conseguir que el ejercicio físico sea un valor real para la sociedad en su conjunto y sus profesionales sean reconocidos por ello.
abc.es
Dra. Miriam Salas: «Que lleves un atleta adaptado no te convierte en un experto en todo, habrá que analizar cada caso»
La inmensa mayoría del contenido sobre actividad física realizada por personas con discapacidad tiene un tono solidario, con una mezcla de admiración y lástima a partes iguales. La realidad de los profesionales que se forman para dar una respuesta adecuada a este problema es bien distinta, como el caso de la Doctora Miriam Salas Monedero (Las Pedroñeras, Cuenca, 1991), Máster en Investigación de Ciencias del Deporte especializada en actividad física adaptada, quien dice con total naturalidad «yo no hago una labor social, entrenar a gente con discapacidad es mi trabajo. No se trata de lo bonito es, hay que enfrentarse a ello profesionalmente» . En ABC Bienestar hemos tenido la oportunidad de charlar largo y tendido con ella. Esperamos que todo su conocimiento valga para concienciar, tanto a entrenadores como a propietarios de instalaciones deportivas, de los retos a los que se enfrentan y cómo evitar el meterse en jardines de los que luego es muy complicado salir airosos. Miriam, ¿podrías resumir cómo ha sido tu camino profesional, qué te ha llevado a elegir esta especialización? Mi tesis doctoral ha sido un trabajo de mis seis últimos años, pero que son el resultado de las personas que han pasado por su vida. Cuando yo tenía ocho años mi padre sufrió un accidente laboral que requirió neurorehabilitación, además soy nieta de una persona con amputación transhumeral del brazo derecho. De alguna manera esto me ha hecho que normalizara este tipo de circunstancias. Al llegar a la carrera pude comprobar que había muchas cosas de las que ya sabía, simplemente llevaba años viviéndolas. Pronto me interesaron las ciencias del deporte porque, al margen de aprender un patrón de movimiento en un proceso de rehabilitación, me faltaba algo más, me faltaba un enfoque que apuntara al rendimiento y no solo a la recuperación. En mi casa nunca me habían explicado que había una rama paraolímpica, descubrirlo de golpe fue como abrir la puerta a un nuevo mundo del que tenía que formarme y saber mucho más. Ahí empezó todo. ¿Simplificamos mucho cuando hablamos de deporte y discapacidad? Es un territorio muy extenso. He necesitado años para ir profundizando en las diferentes clases deportivas, cómo poder estandarizarlas, qué decía la investigación al respecto, dónde poder encajar cada discapacidad, qué clase tengo, qué deportes puedo o no puedo hacer porque claro, los criterios que te permiten participar en una prueba para discapacitados son muy concretos y esto también supone en ocasiones que el deporte paralímpico sea un poco cruel. Si hablamos de rendimiento deportivo ¿cuál fue tu primer contacto con la discapacidad en ese contexto? Fue el rugby en silla de ruedas que me enamoró tantísimo porque es el deporte que coge a las personas con lesión medular cervical y las saca su máximo potencial, da igual si es hombre o mujer, todos iguales y con tetraplejia pura. Algo increíble para ese deporte y esa clasificación. Creamos el primer equipo de rugby en silla de ruedas de Castilla la Mancha, lo cual fue un esfuerzo titánico. Ahora estás muy ligada al CrossFit ¿por qué? Bueno, yo jugaba al rugby y me lesioné el hombro, empecé a hacer entrenamiento de fuerza, pero se me hacía muy monótono, hasta que descubrí el CrossFit. En mi entorno había gente que lo practicaba y me animaban para que empezara, pero yo pensaba que cómo iba a ponerme a hacer CrossFit con mi hombro lesionado, pero lo hice e incluso ahora estoy compitiendo e intentado mejorar. Eso a nivel personal, pero a nivel profesional descubrí que algunos atletas paralímpicos lo utilizan como parte de su preparación física y fue cuando me di cuenta de qué manera el CrossFit involucraba realmente a todo el mundo. Tenía que explotarlo al máximo en mi área por la gran cantidad de categorías 'adaptadas' que tiene. Entre ellas la categoría 'seated' (silla de ruedas) es mi favorita, pero la categoría 'neuro' es sencillamente increíble; y es por la que estoy peleando muchísimo y por la que me encantaría que hubiese más divisiones para que pudiera llegar a más gente. ¿La categoría 'adaptive' es la que refleja mejor ese espíritu de que el CrossFit es para todos? Lo que está pasando ahora mismo en CrossFit es que nos estamos acostumbrando a definir mal las cosas. En CrossFit tu adecúas el movimiento o el peso cuando no tienes la condición física para poder hacerlo, porque todavía no has adquirido el patrón de movimiento o la fuerza necesaria para ser RX, pero no estoy adaptando nada, adaptar es adaptar el movimiento para sacar el mayor rendimiento posible, adaptar es cuando tú tienes que, por ejemplo, ejecutar una arrancada desde una posición sentada, eso es una adaptación, adapto el movimiento y luego lo adecúo a su condición física y en función a eso será un atleta escalado, intermedio o RX, pero estamos cometiendo un error en la nomenclatura y por eso no se sabe muchas veces cómo abordarlo y ahí es donde estoy peleando yo. ¿Están los profesionales del deporte preparados para enfrentarse al reto de atender a una persona con discapacidad que quiere hacer ejercicio? No. Si te tuviera que poner una nota del cero al diez te diría que un tres o un dos. Puedo saber mucho sobre fisiología, o sobre biomecánica, pero de 'neuro' saber cero. Quien se mete en la 'neuro' lo hace de manera inadecuada porque lo enfocan como herramienta para la adquisición del patrón de movimiento, pero es que esa no es tu función como entrenador, tu misión está en sacar el rendimiento al patrón que tiene; y si no conoces el tipo de discapacidad y cómo le afecta a nivel mecánico y fisiológico, y no entiendes a nivel neurológico qué está ocurriendo, nunca vas a poder sacar ese rendimiento y nunca vas a cumplir con tu labor. Debemos aprender más sobre el sistema nervioso y cómo afecta al movimiento y así comprenderíamos como se mueve una persona con ciertas características. Y esto no hace falta que sea para una persona con discapacidad, nos vale para todo el mundo, por eso muchas veces en lugar personalizar un entrenamiento, nos enfocamos en crear rutinas generalizadas que provocan frustración ya que eso le puede servir a una de cada cien personas, o una de cada mil, porque realmente cada uno nos movemos por todas nuestras experiencias previas y todo lo que ha pasado por nuestra vida y eso afecta a todo, también a nuestra cabeza, por ello sería muy recomendable incluir a los psicólogos dentro de nuestra rama, no les hacemos caso y si no entendemos cómo es el proceso de toma de decisiones de una persona y cómo le está afectando al movimiento, jamás sabremos sacarle rendimiento. ¿Entendemos de manera equivocada, a nivel general, eso de la educación física? Empezando desde lo más básico, efectivamente, no se le da la importancia que tiene. Yo esto lo comento en la universidad, donde también trabajo como docente, por ejemplo el test de Cooper se convierte en el instituto en una prueba en la que con una marca tienes sobresaliente y ya está, pero realmente es un modelo de estimación para tu volumen de oxígeno máximo y no se explica qué significa eso, cómo va a influir en tu vida diaria, en tareas normales y corrientes. En qué punto de la educación hemos llegado a definir que una marca concreta en esa prueba lo que significa es que te lleves un diez y ya está. No nos estamos llevando a los niños pequeños a que hagan fuerza, seguimos con lo de que si no van a crecer. Aquí en España hay un montón de investigadores que nos están advirtiendo de este problema, nos lo están diciendo y no les estamos haciendo caso. ¿Y la responsabilidad de los profesionales? Eso es otra, hay gente que ama el deporte, lo practica y llega un momento que lo enseña desde su pasión por ello, pero siempre habrá gente que lo entienda como una forma de ganar dinero y aquí tenemos un problema. El ejercicio físico al fin y al cabo es un estrés añadido a todo lo que tenemos en el día a día y esto es algo que muchos entrenadores no entienden. Cuando alguien va a entrenar contigo tienes una responsabilidad muy grande, porque no sabes si llega después de haber tenido un día horroroso, o esté pasando una etapa mala, o le esté ocurriendo algo, y si no adecuamos el entrenamiento a esas circunstancias igual no le va a venir bien, de hecho hay personas que se van peor de lo que han venido porque pasan por un proceso de frustración que les lleva a que no quieran volver a entrenar. Esto pasa exactamente igual con la discapacidad, partimos de la base de que hay un problema y como no sabemos cuál es el problema y le vemos, por ejemplo, en silla de ruedas pensamos 'bueno, pues que se mueva un poco' y no, porque eso de 'moverse un poco' igual es una frustración para esa persona, no sabemos si ha ido a terapia, si ha ido a un tratamiento, ni si está con fisio, con psicólogo… No aplicamos nada, no escuchamos a los demás, así que llega el cliente y por el hecho de que le movamos un poco ya nos damos por satisfechos y no vale, no vale todo, porque no sabes si está necesitando una adaptación del movimiento o si necesita adecuarlo y ahí ya tenemos un problema, porque no sabemos si su limitación es parte de cinética o si es parte de cinemática, o cómo puedo sacar rendimiento a esa persona. No falta quien cree que puede con todo Por supuesto, pero esto no es así, es muy probable que necesites ayuda con el caso concreto que se te presente como entrenador. Por ejemplo, veníamos de considerar que las embarazadas no deben hacer ejercicio físico y que eran seres frágiles, pues ahora como acabamos de ver a Tia-Clair Toomey entrenado duro embarazada pasamos al extremo opuesto y ahora algunos creen que todo vale, y esto no es así. A mí se me ha juntado que tengo una atleta adaptada que ahora está embarazada, pues tengo que contar con mi compañera especialista en embarazo para ver cómo organizamos los entrenamientos juntando ambos conocimientos. Que lleves un atleta adaptado no te convierte en un experto en todo, habrá que analizar cada caso. Nada tiene que ver una persona con una amputación traumática que otra a la que le falta una extremidad de nacimiento. La estamos liando muchísimo por no contar con compañeros que están formados para ello, yo no sé ahora mismo de cáncer, ni estoy formada en embarazo, si tengo a este tipo de situaciones pues tendré que consultar a compañeros que me van a dar la orientación con esto, saber tus limitaciones y tus fortalezas. Esto ocurre mucho con los atletas seated (en silla de ruedas), parece que este tipo de personas como entrenador te van a dar mucha visibilidad y es posible que no lo estés haciendo bien, o que seas muy atrevido. Hay entrenadores que me dicen que están en constante aprendizaje porque les enseñan sus alumnos día a día, te puedo asegurar que a mí en la vida me va a decir un atleta en silla de ruedas lo que tiene que hacer, yo puedo aprender de su tipo de diagnóstico y aprender como profesional al aplicar ese diagnóstico en toda mi programación, y conforme avancemos vamos afinando como directores de orquesta, pero no va a ser el atleta el que venga y me diga lo que tengo que hacer porque para eso estoy formada. Eso es como decir que llega alguien a hacer CrossFit y esa persona decida qué movimientos va a hacer, qué repeticiones y qué peso… perdona, pero no. Y la persona con discapacidad ¿puede caer en la autocomplacencia o el victimismo? Yo tuve una discusión al respecto porque estamos acostumbrados a que hagan lo mínimo y aplaudirles como si es heroico y eso no está bien. Yo con mi lesión de hombro podría considerarme un atleta adaptado y mis compis no me compadecen, me chinchan porque no levanto más kilos. Es un poco frustrante todo esto, en las redes se nos muestra a unas personas que están alcanzando unos rendimientos excepcionales por su preparación, por su genética, por lo que sea; y eso desanima a muchas otras a ir al gimnasio. Nos hace falta comprender que cada uno ya estamos haciendo mucho apareciendo por la puerta y hay una falta de responsabilidad por parte de los entrenadores por no saber comunicar ese tipo de mensajes. La gente se frustra muchas veces por nuestro ego como entrenadores, porque nos encanta que nos llegue alguien y que acabe en su máximo rendimiento, y sea épico y que podamos decir que ha sido porque ha entrenado con nosotros, pero esto aísla la base, nos encanta decir que somos el entrenador de un élite, pero tenemos que estar orgullosos de llevar a 'Juan', que viene a clase porque no puede elevar los brazos por encima de la cabeza y, a base de trabajar su movilidad, lo consigamos y eso puede no parecer muy espectacular, porque nos gusta entrenar a los tops pero cuando nos llega una persona con problemas básicos, como profesionales, nos falta conocimiento para ir a la base y ayudarle en su caso particular. Siempre pensamos en las personas, pero menos en las instalaciones, ¿qué debe tener en cuenta aquella persona que tenga un gimnasio y quiera decir que su centro está listo para personas con discapacidad? En cuanto a logística tengo que tener claro que si la persona no tiene el espacio mínimo para pasar con su silla con un poco de margen no puedo decir que mi gimnasio es apto para todo el mundo, porque no es cierto y esto es un problemón. Si tengo máquinas guiadas tienen que permitir el que pueda meter las sillas de ruedas desmontando la pieza que habilite ese espacio para que entre la persona con su silla. Tengo que saber cómo están las máquinas para trabajar de manera unilateral, simultanea o alternativa, y si no es así no digas que tu gimnasio es inclusivo porque te estás metiendo en un jardín muy peligroso y vas a acabar teniendo un problema si acude alguien con discapacidad y le dices algo que no estás cumpliendo. Si tengo un suelo con colchonetas las ruedas no pasan, pero también según qué prótesis tampoco porque no pueden estar todo el rato oscilando y es otro problema. En el caso de personas con problemas sensoriales, si yo tengo un hilo auditivo para comunicarme con alguien y no me está escuchando pues mal, la iluminación que tengo o los colores de las paredes pueden ser un serio problema para gente con discapacidad visual. La música que estoy poniendo afecta, porque hay música a determinados bits que puede estar generando un problema real para poder entrenar, igual que la temperatura de las instalaciones, a personas con problemas de termorregulación o los pacientes de esclerosis entrenar con calor o frío excesivo les revienta, se van a sentir fatal y es una de las cosas más importantes la temperatura. Si no cumples con estos criterios mínimos es mejor que digas que no a que digas que sí. Solo nos queda desear a la Dra. Salas que continúe con su labor y que muchos otros profesionales se sumen a esta tarea para, entre todos, conseguir que el ejercicio físico sea un valor real para la sociedad en su conjunto y sus profesionales sean reconocidos por ello.