¿Por qué hay un poste de colores en muchas peluquerías y barberías? Esta es su historia

Los llamativos postes de barbería con sus colores rojo, blanco y azul son hoy un símbolo reconocible en las entradas de muchas peluquerías, también en España. Estos elementos, que datan de la Edad Media, tienen un origen profundamente arraigado en las prácticas médicas de la época, cuando los barberos no solo cortaban el cabello, sino que también desempeñaban otras funciones.

La tradición del poste, según Canal de Historia, se inició cuando a los clérigos, quienes originalmente realizaban procedimientos como la sangría, se les prohibió continuar con estas prácticas por el Papa Alejandro III en 1163. Esto dejó a los barberos como los responsables de continuar con estas tareas médicas, aprovechando sus habilidades con instrumentos afilados. El rojo del poste simboliza la sangre drenada, el blanco las vendas y el azul, según se cree, representa las venas o un gesto de patriotismo en la versión estadounidense.

Originalmente, estos postes eran palos prácticos donde los barberos colgaban las vendas ensangrentadas para que se secaran. Con el tiempo, este poste evolucionó a los cilindros pintados que conocemos hoy, que no solo servían como indicadores de los servicios médicos disponibles en el establecimiento, sino que también ayudaban a llamar la atención de los clientes. Esta evolución marcó la transición de los barberos de practicantes de procedimientos médicos menores a especialistas exclusivamente en el cuidado del cabello y la barba.

A medida que avanzaban los siglos, especialmente a partir del siglo XVI, la profesión de barbero se separó completamente de la práctica médica, en parte debido a la estandarización de la medicina y la cirugía. Sin embargo, el poste de barbería ha perdurado como un símbolo icónico de la profesión. A pesar de que la sangría como procedimiento médico cayó en desuso en el siglo XIX, el poste se ha mantenido como un recordatorio de la historia multifacética de la barbería.

En la actualidad, el poste sigue siendo un elemento distintivo en las fachadas de las peluquerías y barberías modernas, no solo en el Reino Unido y Estados Unidos, sino también en países como España, donde su presencia es cada vez más notable. Este símbolo sirve como un enlace con un pasado donde los barberos eran figuras centrales en la atención primaria de salud de la comunidad.